jueves, 9 de junio de 2011

LA PINTURA BARROCANA

El pintor barroco plasma la realidad tal y como la vez, con sus límites imprecisos, sus formas que salen y entran, los objetos de primer plano intrascendentes, los escorzos y las posturas violentas, y las composiciones diagonales que dan a la obra gran dinamismo.
Se acude a los temas religiosos, escenas de santos, mitológicos, el retrato, tanto el individual como el de grupo, y surge como tema nuevo el bodegón.  No se entiende la pintura barroca sin hacer referencia a dos estéticas diferentes: el tenebrismo y el eclecticismo. El tenebrismo consiste en el choque violento de la luz contra la sombra. El fondo queda en penumbra, o desaparece, mientras que la escena queda en primer plano. El eclecticismo trata de salvar el gusto clásico dentro de la nueva norma. Se trata de una estética decorativa efectista y teatral.
En España el Barroco es la época de oro de la pintura. La Iglesia y la Corte son los grandes mecenas de los artistas.
En la escuela de madrileña trabaja Velázquez. Hace grandes avances técnicos. Pinta temas mitológicos, La fragua de Vulcano, históricos, La rendición de Breda, y retrata a la familia real y a su Corte. Retratos del Papa Inocencio X, Felipe IV Cazador, Pablo de Valladolid, La vieja friendo huevos, El aguador de Sevilla, El triunfo de Baco, La Venus del espejo, Las hilanderas y Las meninas.

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